Dolor cervical y época de exámenes

¡Ya estamos en septiembre! Lo que se significa que medio planeta ha vuelto de las vacaciones mientras la otra mitad las está iniciando, también es el mes de la vuelta al cole y para muchos estudiantes universitarios es época de exámenes.

Después de un verano disfrutado a medias entre playa/piscina y libros/apuntes llega la hora de enfrentarse a esa asignatura. Lo cierto es que estos periodos de intenso estudio pasan factura a nuestros cuerpos, son muchas horas en la misma postura, generalmente sentados devorando tema por tema. Ya he hablado en otras entradas lo que supone estar en una misma postura durante mucho tiempo cuando nuestro cuerpo fue diseñado para mantener una vida mucho más dinámica en la que el apartado físico es la base.

Hay una región que sufre sobremanera durante los periodos de estudio, se trata de la espalda y más concretamente de la zona cervical. Hablo de zona cervical y no columna cervical ya que creo que abarca una mayor superficie y estructuras como músculos, tendones, fascias y no sólo el apartado óseo.

Es sumamente frecuente durante este mes que aumente la afluencia de estudiantes de pre-grado, universitarios y de post-grado aquejándose de la región cervical, el cuello, los trapecios superiores, la nuca e incluso la zona torácica. Esto es debido, y lo repito una vez más, a mantener una postura sedente con el cuello en flexión mientras se leen los apuntes durante horas, lo que recuerda un poco a la postura del Text Neck. Posiblemente los síntomas no aparezcan en un primer momento, pero a medida que pasan las jornadas todas las estructuras que forman parte del cuello ven incrementada su tensión.

Síntomas claros son: dificultad para rotar o flexionar el cuello, contracturas musculares, dolor local, dolor a la palpación de la zona, dolor en cama, mal descanso. Por no decir que la zona de los músculos trapecios superiores son propensos a contracturarse cuando estamos sometidos a estrés. De no tratarse en su debido momento y dejando que el proceso se alargue en el tiempo, estos síntomas pueden empeorar o dar lugar a otros como cambios en la alineación del cuello o síntomas nerviosos en miembros superiores como: hormigueo, adormecimiento y dolor en manos y dedos.

Todo esto puede evitarse fácilmente siguiendo unos sencillos consejos, que como de costumbre me dispongo a enumerar:

1. Utilización de un atril de escritorio. Utensilio económico y fácil de encontrar, permite mantener el cuello en una postura neutra en la que las estructuras tanto flexoras como extensoras de la columna cervical estén en equilibrio, y por lo tanto disminuya el riesgo de contracturas.
2. Realización de ejercicios analíticos de cuello. Hay estudios que recomiendan realizar unos suaves movimientos de cuello en todos los ejes cada 2 horas para evitar la aparición de los síntomas anteriormente expuestos. Estos movimientos son: A) Llevar el mentón hacia el pecho, volver y mirar hacia el techo; B) Girar el cuello de izquierda a derecha y viceversa; C) Ladear la cabeza como si quisiésemos pegar la oreja al hombro del mismo lado; D) Hacer círculos con los hombros, primero círculos hacia delante y luego hacia atrás. Estos ejercicios se deben hacer de forma lenta y suave durante 8-10 repeticiones cada uno.
3. Cambiar de posición. Lo ideal en este caso sería levantarnos o ponernos de pie y caminar durante unos minutos para evitar el cansancio de la zona cervical. Si el cuerpo y más concretamente la espalda nos piden que nos estiremos o nos desperecemos deberemos complacerlo, pues es un mecanismo del propio organismo para liberar tensiones indeseadas.
4. Mantener una buena hidratación. Aparte de que se conocen bebidas que favorecen la memorización como aquellas ricas en glucosa (azúcares), una buena hidratación ayudará a mantener nuestros músculos en un estado óptimo para afrontar unas intensas jornadas de estudio.

Si aún siguiendo estos consejos los síntomas aparecen, una opción muy recomendable es visitar a vuestro fisioterapeuta de confianza y poneros en sus manos.

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