¿Qué es la espina bífida?
Hoy, 25 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Espina Bífida. Pero, ¿realmente sabemos que es la espina bífida?
La palabra espina la relacionamos con la espina dorsal, la columna vertebral y la médula espinal. De momento vamos bien encaminados, pero luego tenemos la palabra "bífida", puede que no nos sugiera nada a priori pero si vamos al diccionario de la RAE (Real Academia Española) nos encontrado con lo siguiente: 1. adj., Que está hendido en dos partes y 2. adj. Que se bifurca. Pues bien, tenemos una espina que está hendida en dos partes o que se bifurca.
Por raro que parezca nos estamos acercando bastante y es que Espina Bífida significa literalmente Columna Hendida. La espina bífida se caracteriza por un desarrollo incompleto del cerebro, la médula espinal o las meninges (capa protectora que envuelve al cerebro y la médula espinal). Este trastorno no se hace, se nace. Me explico, es un defecto en la formación del embrión, en concreto del tubo neural que pasará a formar el cerebro y la médula espinal con el paso de las semanas. Este tubo neural no se cierra completamente y provoca lo que se conocen como "defectos en el tubo neural" entre los que se incluyen la espina bífida.
Llegados a este punto seguramente esteis mirando atónitos la pantalla de vuestro ordenador sin entender ni media palabra de que os estoy hablando, exactamente la misma cara que puse yo cuando me lo explicaron en el primer año en la facultad de Fisioterapia.
Pues bien, se podría resumir que la espina bífida tiene como resultado un "escape" de la médula espinal, las meninges y los nervios periféricos fuera del canal medular. Aunque esto no siempre es así, por tanto existe una clasificación según su gravedad:
- Espina bífica oculta: es la más común y también la más leve, en este apartado una o más vértebras pueden suelen tener malformaciones. Se denomina oculta por que una capa de piel cierra la malformación externamente. Rara vez suele dar síntomas asociados ni causa incapacidad.
- Defectos del tubo neural cerrado: es el segundo tipo de espina bífida, en este caso es común encontrarse con grupo diverso de defectos espinales en los que la columna vertebral está marcada por una malformación de grasas, huesos y membranas. Externamente puede llamar la atención la presencia de un mechón de pelo, un hoyuelo o una marca de nacimiento en la zona de la lesión. En algunos casos pocos síntomas o ausencia de estos, en cambio otros casos pueden sufrir parálisis incompleta con disfunción urinaria e intestinal.
- El tercer grupo lo forma el Meningocele: las meninges salen de la apertura espinal y la malformación puede estar o no cubierta por una capa de piel. Algunos pacientes pueden tener pocos o ningún síntoma asociado mientras que otros pueden experimentar aquellos similares a los de defecto de tubo neural cerrado. Externamente suele apreciarse un saco lleno de líquido que sobresale de la espalda del individuo.
- Por último, el Mielomeningocele: es la presentación más grave y se produce cuando la médula espinal queda expuesta junto a las meninges a través de la apertura de la columna vertebral dando como resultado una parálisis completa de los miembros inferiores, impidiendo la deambulación. Suelen ser habituales las disfunciones intestinal y urinaria.
La espina bífida no tiene cura, ni siquiera tratamiento. Únicamente se intervienen quirúrgicamente los casos de mielomeningocele para ocultar la malformación y evitar así posibles complicaciones como infecciones o traumatismos en la zona. Pese a que no hay tratamiento, han sido varios los pacientes diagnosticados de espina bífida oculta que he tenido la oportunidad de tratar. Obviamente son casos menores que pueden dar sintomatología neurológica similar a una hernia de disco, alguna parálisis leve en miembros inferiores o una región de insensibilidad.
Actualmente estos casos se detectan precozmente interviniendo incluso a través del útero de la madre para tratar de cerrar la zona en los casos de mielomeningocele, ya que el líquido amniótico es considerado tóxico. Algunos estudios asocian un déficit de ácido fólico (vitamina B) con las malformaciones de la espina bífica, por esto durante el embarazo se recomienda a las futuras madres que ingieran a alimentos ricos en este folato como verduras de hoja oscura (espinacas, hojas de nabo, remolacha, coles de bruselas o brécol), yemas de huevo, pan integral, jugo de naranja, fresas, plátanos o tomates.
El pronóstico depende del nivel de las malformaciones y del número y gravedad de estas. Hay personas con espina bífida que pueden llevar una vida realmente activa si el nivel de lesión les permite caminar con ayudas técnicas. El nivel de inteligencia no se ve mermado por estas malformaciones por lo que pueden llevar una vida intelectual activa.
Este es un tema muy extenso como para tratarlo únicamente en una entrada de un blog. Pero aún así, he resumido las partes más esenciales de este defecto congénito, aunque puede no estar exento de errores así que agradecería a la comunidad cualquier tipo de corrección.
¡Pasar buena semana!
Comentarios
Publicar un comentario